Matemático italiano. Durante la ocupación francesa de Brescia su padre fue asesinado y él mismo dado por muerto a causa de sus graves heridas, una de las cuales, un golpe de sable en la mandíbula, le provocaría un defecto en el habla que lo acompañaría toda su vida y le valdría su sobrenombre (tartaglia, esto es, tartamudo). De origen muy humilde, su familia no pudo proporcionarle ningún tipo de educación, de modo que el joven Tartaglia tuvo que aprenderlo todo por su cuenta. Ya adulto, se ganó la vida como profesor itinerante y a través de su participación en concursos matemáticos. En uno de ellos se planteó la resolución de diversas ecuaciones de la forma x³ + px = q; Tartaglia consiguió averiguar la solución general y obtuvo el premio. Más adelante reveló su método a Gerolamo Cardano, bajo la firme promesa de mantener el secreto, pero éste acabó publicándolo en su Ars magna de 1545
(Rostov, 1887 - París, 1956) Ajedrecista ruso. A los diez años aprendió a jugar al ajedrez y alcanzó el título de maestro nueve años después, en el Torneo Principal Internacional de Nuremberg, donde se inició de modo profesional. En 1904 abandonó Rusia y se marchó a Ginebra. En 1924 fijó definitivamente su residencia en París. Con un juego arriesgado, contribuyó a enriquecer la teoría del juego, marcó con un sello especial a toda una época y participó en la formación de una generación de jóvenes maestros. Sus grandes ideas aportaron al ajedrez moderno las bases para escuela la hipermoderna. Escribió algunas obras especializadas, entre las que destacan por su importancia La partida hipermoderna y Breviario de ajedrez. Al final de sus días recopiló una serie de partidas en un libro que tituló 500 partidas magistrales de ajedrez